ALUMNOS COMO COINVESTIGADORES: BUSCANDO NUEVOS SIGNIFICADOS DEL ACOSO ESCOLAR.
Resumo
Una de las formas de violencia escolar que afecta de manera grave el desarrollo y el ambiente social de los estudiantes es el acoso escolar o bullying (Ortega, Del Rey & Merchan 2001; Nansel, T. et al. 2001; Prieto, 2005).
En México, la incidencia del maltrato entre pares no es lo suficientemente clara. Por una parte, hay encuestas que muestran un incremento progresivo en esta conducta, al afirmar que cinco de cada diez estudiantes agreden a otro compañero adentro o afuera de la escuela (Periódico Milenio; OCDE, 2014). En contraste, hay otros sondeos que perciben al acoso escolar como una conducta poco usual, al informar que el 7.3 por ciento de los estudiantes han reportado haber sufrido bullying (Secretaría de Educación Pública, 2014).
Una de las causas que puede explicar la diferencia en estas estimaciones está relacionada con la percepción de los estudiantes en torno al acoso escolar. Mientras un alumno cree que la intimidación entre pares es cualquier conducta agresiva; otro puede considerar al bullying como el uso de la fuerza física sobre otro compañero que se repite constantemente.
Derivado de ello, en el estudio que llevo a cabo y que forma parte de mi tesis doctoral, busco comprender cómo los estudiantes piensan, representan y experimentan el acoso escolar, a partir de una investigación con un enfoque predominantemente cualitativo. Además, dado que diversos autores sostienen que la participación estudiantil puede dar cuenta y ayudar en la problemática del acoso escolar, utilicé una metodología colaborativa, cuyo objetivo se centró en escuchar la voz de los estudiantes y en hacer de ellos co-investigadores de esta pesquisa (Hart, 1992; Shier, 2001; Pérez, 2014). Este método es conocido como Investigación-Acción Participativa Juvenil -YPAR- (Cammarota, 2008). En este escrito se presentan los resultados preliminares de esta investigación.